Desde el siglo I a. de J.C., la vestimenta principal de los romanos fue la toga, tanto para las mujeres como para los hombres. Mas tarde; la prenda femenina se llamó palla. La toga era semejante al himation griego, pero más amplia, y media unos 2,5 metros de ancho por 5,2 de largo. La toga de los senadores era blanca, con franjas de color púrpura. Los emperadores vestían una túnica bordada en oro y una toga bordeada de púrpura.
Entre los antiguos romanos los gladiadores, eran por lo general, prisioneros, esclavos o condenados a muerte que combatían entre si o contra animales feroces en espectáculos que atraían a gran multitud en los anfiteatros. Esa costumbre data del siglo II antes de J.C., pero se hizo muy popular en época de los emperadores. Los romanos distinguían a los gladiadores por sus armas y su manera de combatir. Así estaban los mirmillones, que tenían un casco con una pieza de metal que cubría totalmente la cara y podía levantarse; los reciarios, que llevaban un tridente y una red con la que trataban de envolver la cabeza del adversario; los traces armados con escudo redondo y puñal; los secutores, con escudo y puñal, adversarios tradicionales de los reciarios. También había gladiadores que combatían a caballo. Cuando un gladiador era vencido, solo podía salvar la vida si así lo decidía el emperador o el pueblo.
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